Pregunta 141: ¿Cuáles son los deberes exigidos en el octavo
mandamiento?
R: Los deberes exigidos en el octavo mandamiento son la
verdad, la fidelidad y la justicia en los contratos y en el comercio entre los
hombres; dar a cada uno lo que le es debido; restituir a los dueños
legítimos los bienes sacados de ellos ilícitamente; dar y prestar
gratuitamente, según nuestros recursos y las necesidades de los
demás; moderar nuestros juicios, deseos y sentimientos relativos a los
bienes mundanos; el cuidado y la búsqueda providente para obtener,
guardar, usar y disponer de las cosas necesarias y convenientes a la
sustentación de nuestra naturaleza y apropiadas a nuestra condición; tener
un medio de vida lícito y empeñarse en él; la frugalidad; evitar
procesos judiciales, fianzas u otras demandas similares; y el esfuerzo,
por todos los medios justos y lícitos, de buscar, preservar y aumentar la
riqueza y el estado exterior, tanto de otros como el nuestro.
comentar:
1. ¿Cuál es el alcance general del octavo mandamiento?
El alcance general del octavo mandamiento es el respeto a la
santidad de la propiedad, de la misma suerte que el sexto impone respeto a la
santidad de la vida y el séptimo, a la santidad del sexo. La propiedad o
la riqueza es creada por Dios y confiada al hombre para su uso en la
glorificación y en el servicio a Dios. Por lo tanto, es un compromiso
administrativo atribuido al hombre y por lo tanto tiene que ser
respetado. El octavo mandamiento, por lo tanto, requiere no sólo que nos guardamos
de robar el bien de nuestro prójimo, sino que conquistar y conservar el
nuestro.
2. ¿La Biblia autoriza la propiedad privada?
Sí. La posesión de la propiedad privada, en el estado
pecaminoso en que la humanidad existe desde la caída, es necesaria para que una
vida pueda glorificar y gozar a Dios. La propiedad privada se funda no en
la mera invención o costumbre humana, sino en la ley moral de Dios. Está
definitivamente autorizada por el octavo mandamiento - "No hurtarás"
- el cual sólo tendrá sentido si hay detrás de él una ordenación divina para la
propiedad privada. Incluso fuera de la Biblia, la revelación natural
enseña a todos los hombres que robar es incorrecto. Está profundamente
equivocado quien hoy piensa que la propiedad privada es maligna. Los males
que tiene en mente proceden no de la propiedad privada en sí misma, sino de los
abusos de la propiedad privada.
3. A la luz de la Biblia, ¿qué debemos pensar del comunismo?
Según lo que la Biblia enseña, el comunismo es erróneo al
principio. No es incorrecto simplemente en algunos de sus aspectos o
prácticas, o debido a los abusos a él asociados, pero es incorrecto y maligno
en su idea fundamental. Si pudiéramos imaginar un "perfecto"
estado de comunismo, en que no hubiera tiranía, campos de concentración,
policia secreta, propaganda política, ni censura de informaciones, él todavía
sería inherentemente pecaminoso y maligno.
El capitalismo viola la ley
moral de Dios por los males y abusos a él vinculados; el comunismo viola
la ley moral de Dios por su propia naturaleza y idea fundamental.
El
principio del comunismo es la posesión colectiva de la propiedad impuesta por
el Estado. Esto presupone que la posesión particular del individuo es un
mal que sólo puede ser tolerado a pequeña escala, como una concesión a la
naturaleza humana. Esto es contrario a la Biblia, que enseña que la
propiedad privada es un derecho dado por Dios. El ser humano individual,
como portador de la imagen de Dios, debe tener el derecho a la propiedad
conforme al propósito de Dios y para glorificar plenamente en su relación con
su ambiente.
La imagen de Dios en el hombre abarca la implicación de que
el hombre debe tener dominio sobre la Tierra (Génesis 1.27-28); pero el
hombre es esencialmente un individuo, con alma y conciencia individuales, con
competencia y habilidades individuales, con esperanza y deseos
individuales. El comunismo busca fundir al individuo a la masa de la
humanidad y eso implica el sacrificio del elemento esencial de la personalidad
del hombre, como portador individual de la imagen divina y mayordomo de Dios
con dominio sobre una parte de la creación de Dios. El comunismo asume que
el individuo existe a causa de la masa, de la sociedad, pero eso es
contrario a la Palabra de Dios, la cual nos enseña que la sociedad y todas las
instituciones sociales existen por causa del individuo, para que pueda alcanzar
el propósito divino de su vida y así glorificar a Dios. Es el individuo
quien posee un alma mortal, una conciencia y la capacidad para la comunión con
Dios.
Estas cosas sobrevivir a ese mundo y existen para siempre. Ellas dan
dignidad y valor reales a la vida humana. Cualquier sistema que considere
el ser humano individual como sin importancia y busca amalgándolo a la masa
supuestamente por el bienestar de la "sociedad" es fundamentalmente
erróneo y anticristiano.
Esto se aplica tanto a la propiedad colectiva
obligatoria como a las otras subversiones de la individualidad de la
personalidad humana. la cual nos enseña que la sociedad y todas las
instituciones sociales existen por causa del individuo, para que pueda alcanzar
el propósito divino de su vida y así glorificar a Dios. Es el individuo
quien posee un alma mortal, una conciencia y la capacidad para la comunión con
Dios.
Cualquier sistema que considere el ser humano
individual como sin importancia y busca amalgándolo a la masa supuestamente por
el bienestar de la "sociedad" es fundamentalmente erróneo y
anticristiano.
4. Según registra Hechos (2.44, 4.32-27), la iglesia
primitiva no practicaba el comunismo?
Es cierto que existía un tipo de "comunismo" en la
iglesia de Jerusalén, pero era totalmente diferente del comunismo que existe
hoy.
Se debe observar que:
(a) era voluntaria y no obligatoria, como
muestran las palabras de Pedro a Ananías en Hechos 5.4, 9;
(b) era parcial
y no total, como demuestra el hecho de que el caso de María, madre de Juan
Marcos, no había sido vendida;
(c) pronto surgió una murmuración
acusatoria de que las raciones de comida no estaban siendo distribuidas de modo
justo (Hechos 6.1);
(d) esto fue sólo temporal, siendo descontinuado más
tarde, probablemente en el tiempo de gran persecución que siguió al martirio de
Esteban, cuando los creyentes se extendieron desde Jerusalén (Hch
8.1-4);
(e) no hay menor indicación de que se haya implantado algún
"comunismo" así en ninguna de las Iglesias establecidas por los
apóstoles, además de la iglesia en Jerusalén.
Por supuesto, por lo tanto,
el "comunismo" temporal de la Iglesia de Jerusalén no era una
cuestión de principios, sino de contingencia frente a las condiciones
peculiares a aquel tiempo y lugar.
Es extremadamente insensato,
antibíblico y anti-histórico presentar el estado temporal de los sucesos en la
Iglesia de Jerusalén como análogo al comunismo moderno, o como un patrón a ser
imitado por los creyentes en Cristo de todos los lugares.
5. ¿El socialismo es contrario al cristianismo?
La palabra socialismo se usa con una variedad tan grande de
sentidos que es difícil hablar categóricamente de ella sin primero a definir,
para saber exactamente lo que quiere decir.
El socialismo marxista, que es
raíz del comunismo moderno, es indudablemente contrario a la religión
cristiana. Aunque hay una forma limitada de socialismo que no es contraria
a la enseñanza de la Palabra de Dios. El gobierno operar servicio postal,
en lugar de dejarlo a la iniciativa de particulares o de corporaciones, es una
forma de socialismo; pero no se puede creer que sea pecaminoso la
participación del Estado en ese emprendimiento. En la mayoría de los
países del mundo los ferrocarriles, los servicios telefónicos y los de
comunicación son operados o mayoritariamente o exclusivamente por el
Estado.
Podemos, o no, creer que eso sea inteligente, pero
difícilmente podremos probar que sea contrario a la Biblia; así mismo se
hace necesario trazar un límite en algún punto. Sería incorrecto, con
certeza, que el Estado controlara y operara todos los negocios y
comercios. La operación de negocios por el Estado debería limitarse a
actividades como las del servicio postal, que son esenciales para todos los
habitantes del país y por cuestión de economía, requieren monopolio de alcance
nacional.
El Estado debe proporcionar las condiciones para que los
negocios privados sigan adelante, y debe reglamentarlo en pro de la justicia,
pero no debe suplantarlo compitiendo contra él. Dios instituyó el gobierno
civil para promover el bien de las personas por el mantenimiento de la justicia
en la sociedad humana (Rm 13.4), y no para afirmarse como un colosal
emprendimiento colectivo en competencia con sus propios ciudadanos. así
mismo se hace necesario trazar un límite en algún punto. Sería incorrecto,
con certeza, que el Estado controlara y operara todos los negocios y
comercios.
La operación de negocios por el Estado debería limitarse a
actividades como las del servicio postal, que son esenciales para todos los
habitantes del país y por cuestión de economía, requieren monopolio de alcance
nacional.
El Estado debe proporcionar las condiciones para que los
negocios privados sigan adelante, y debe reglamentarlo en pro de la justicia,
pero no debe suplantarlo compitiendo contra él. Dios instituyó el gobierno
civil para promover el bien de las personas por el mantenimiento de la justicia
en la sociedad humana (Rm 13.4), y no para afirmarse como un colosal
emprendimiento colectivo en competencia con sus propios ciudadanos. así mismo
se hace necesario trazar un límite en algún punto. Sería incorrecto, con
certeza, que el Estado controlara y operara todos los negocios y
comercios. La operación de negocios por el Estado debería limitarse a
actividades como las del servicio postal, que son esenciales para todos los
habitantes del país y por cuestión de economía, requieren monopolio de alcance
nacional.
El Estado debe proporcionar las condiciones para que los
negocios privados sigan adelante, y debe reglamentarlo en pro de la justicia, pero
no debe suplantarlo compitiendo contra él. Dios instituyó el gobierno
civil para promover el bien de las personas por el mantenimiento de la justicia
en la sociedad humana (Rm 13.4), y no para afirmarse como un colosal
emprendimiento colectivo en competencia con sus propios ciudadanos. que el
Estado controlara y operara todos los negocios y comercios. La operación
de negocios por el Estado debería limitarse a actividades como las del servicio
postal, que son esenciales para todos los habitantes del país y por cuestión de
economía, requieren monopolio de alcance nacional.
El Estado debe proporcionar las condiciones para que los
negocios privados sigan adelante, y debe reglamentarlo en pro de la justicia,
pero no debe suplantarlo compitiendo contra él. Dios instituyó el gobierno
civil para promover el bien de las personas por el mantenimiento de la justicia
en la sociedad humana (Rm 13.4), y no para afirmarse como un colosal
emprendimiento colectivo en competencia con sus propios ciudadanos. que
son esenciales para todos los habitantes del país y por cuestión de economía
requieren monopolio de alcance nacional.
Titulo Original: CALVISNIMO, SOCIALISMO Y PROPIEDAD PRIVADA - Johannes Gerhardus Vos