Moisés y las Tablas de la Ley - Rembrandt
ALGUNAS DIFERENCIAS ENTRE BAUTISTAS Y TEOLOGÍA
REFORMADA SOBRE EL NUEVO PACTO (PARTE 1)
Posteado por Scott Clark en: http://heidelblog.net/2010/12/some-of-the-differences-between-baptists-and-reformed-theology-new-covenant-pt1/
Traducido por Anderson Quiroga
En mi respuesta a la crítica de Tom Schreiner de la
confesión reformada del sábado, yo escribí “ El enfoque oculto de
Schreiner sobre las preguntas del bautismo y el sábado, es una convicción a
priori muy grande pero frecuentemente no declarada sobre la naturaleza del nuevo pacto. Más adelante
hablare sobre este tema. Si la convicción acerca del nuevo pacto falla entonces
no solo el punto de vista del sábado de
Schreiner falla sino también el argumento bautista”.
Es tarde ahora
Podría decirse dos de los problemas que separa los
confesionales reformados de sus amigos bautistas son el sábado y el bautismo.
Para muchos bautistas ( pero no todos, hay bautistas confesionales que están de
acuerdo con los reformados sobre el sábado), les fue dado que el sábado fue
enteramente mosaico y cualquier observancia del sábado expiró con el cumplimiento
del pacto mosaico. a lo mejor de mi conocimiento los bautistas sostienen que la
iniciación infantil pertenece al antiguo pacto y expiró con este. Bajo el nuevo
pacto debido a la naturaleza del nuevo
pacto no puede haber iniciación infantil.
El problema oculto aquí es la naturaleza del nuevo
pacto. Nos deja entonces definir términos
La descripción del nuevo pacto ocurre primero en la
Escritura en
Jeremías
31:31-32. He aquí que vienen
días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con
la casa de Judá. No como el pacto que
hice con sus padres EL DIA QUE TOME SU MANO PARA SACARLOS DE LA TIERRA DE
EGIPTO; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos,
dice Jehová. ( énfasis en mayúscula añadido).
Jeremías hace una
distinción explícita entre la venida del nuevo pacto y un específico evento
histórico redentivo: el pacto mosaico que Jehová hizo en el Sinaí.
El nuevo pacto es
contrastado con el pacto mosaico el cual el vs 32 lo califica como un pacto que fue roto. Hay otro
contraste implícito aquí entre el pacto mosaico, el pacto Sinaí que se rompió y
el nuevo pacto que no puede ser roto. Ya en Jeremías 31 ahí esta un nuevo pacto
que viene y de manera implícita un antiguo pacto asociado con la constitución
de la nación de Israel y Moisés.
Jeremías continúa
calificando entre los antiguos y nuevos
pactos. Bajo el nuevo pacto Jehová “ Pondrá su ley dentro de ellos”, Jehová
escribirá dentro de sus corazones”, “ Jehová será su Dios” y “ Ellos le serán
por pueblo” (vs 33). Bajo el nuevo pacto
no será necesario que uno le diga al otro “Conoce a Jehová” porque todos le
conocerá, “ Porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su
pecado” (vs 34)
Si nosotros
consideramos lo naturaleza del nuevo pacto, esto no es enteramente nuevo en
todo. Mucho antes de Jeremías, mucho antes de Moisés, Dios prometió ser su Dios
para él y para sus hijos:
Gén 17:7. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu
Dios, y el de tu descendencia después de ti.
La biblia repite
la misma promesa bajo el pacto de Moisés:
Isaías 6:7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He
aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
Esta promesa se
repite en Jeremías antes de la promesa del nuevo pacto. Ver Jeremías 23 y
Jeremías 11:4 el cual mandé a vuestros padres el día
que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi
voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando; y me seréis por
pueblo, y yo seré a vosotros por Dios;
Jeremías 30:22 Y
me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios.
Este es quizás la
promesa más fundamental del nuevo pacto. fue este tipo de lenguaje lo que causó
que algunos escritores reformados de edad ( como Cocceius) que definiera el
pacto como “ Amistad con Dios”. Claro antes de la caída esta amistad es
prometida sobre la obediencia de Adán para nosotros. Después de la caída esta
amistad es prometida sobre la obediencia de Cristo, el último Adán en lugar de
sus elegidos ( Romanos 5; 1 corintios 15)
Así lo que es
nuevo sobre el nuevo pacto, nuevo no puede significar “ nunca sucedió antes” o
“ nunca antes fue prometido” o “una relación con Dios” o “ un estado espiritual”
que nunca ha existido en la historia de la redención.
Jehová fue Dios
de Abraham y de sus hijos por más de 500 años antes de Moisés. La promesas del
pacto de Abraham que ha sido expresado en relación con la tierra y un pueblo
nacional ( Ver Gén 12 y 15, hay promesas nacionales y terrenales en el capítulo
17 también) llego a la expresión de un pacto nacional temporal inaugurado en el
Sinaí.
Ese
pacto nacional, sin embargo, no agota las promesas del pacto de Dios. El
apóstol Pablo dijo en Gálatas 3 que él, israelita, el pacto del Sinaí nacional,
el pacto mosaico fue una adición temporal, un complemento a su voluntad,
añadido a las promesas de Abraham. Ese pacto nacional temporal expiró con la
muerte de Cristo (véase también todos los Colosenses y Hebreos).
La
otra cosa que señalar es que las promesas de Jeremías 31 se echan en mosaico,
tipológico, y las categorías proféticos. Necesitamos leer de la misma manera
que leemos literatura profética generalmente. Los antiguos profetas del pacto
estaban escribiendo al pueblo nacional del pacto de Dios. Las promesas que se
veían avanzaba con sus actos de salvación y las palabras de la historia, sobre
todo en la encarnación del Hijo de Dios, fueron emitidos en términos mosaicos.
El fracaso de no reconocer este hechos trae detrás mucha confusión en la
interpretación bíblica y la teología bíblica. Por un lado, ha hecho que muchos
cristianos miren hacia adelante a un restablecimiento del antiguo pacto mosaico
en la historia, después de la encarnación de Cristo, con templo y sistema de
sacrificios. tal expectativa, por supuesto, es definido contrario a la
enseñanza explícita del NT (Ef 2). En Cristo la pared divisoria ha sido roto.
En Cristo no hay judío o gentiles (Gal 3).
El
contraste entonces en Jeremías 31 no es entre Abraham y el nuevo pacto, sino
entre Moisés y el nuevo pacto. La novedad o novedad del nuevo pacto se mide con
respecto a Moisés, en relación con el pacto nacional hecho con Israel en el
Sinaí, y no con Abraham y la promesa del pacto que Dios le dio: Voy a ser un
Dios para usted y para sus hijos. Esa promesa se mantiene intacta. La promesa
no es Mosaico, que no es viejo, es Abrahámico.