viernes, 29 de abril de 2016

Diferencias entre Bautistas y Reformados sobre el nuevo Pacto. Part 1


                                           Moisés y las Tablas de la Ley - Rembrandt


ALGUNAS DIFERENCIAS ENTRE BAUTISTAS Y TEOLOGÍA REFORMADA SOBRE EL NUEVO PACTO (PARTE 1)

Traducido por Anderson Quiroga

En mi respuesta a la crítica de Tom Schreiner de la confesión reformada del sábado, yo escribí “ El enfoque oculto de Schreiner  sobre las preguntas  del bautismo y el sábado, es una convicción a priori muy grande pero frecuentemente no declarada sobre  la naturaleza del nuevo pacto. Más adelante hablare sobre este tema. Si la convicción acerca del nuevo pacto falla entonces no solo el punto de vista del sábado de  Schreiner falla sino también el argumento bautista”.

Es tarde ahora

Podría decirse dos de los problemas que separa los confesionales reformados de sus amigos bautistas son el sábado y el bautismo. Para muchos bautistas ( pero no todos, hay bautistas confesionales que están de acuerdo con los reformados sobre el sábado), les fue dado que el sábado fue enteramente mosaico y cualquier observancia del sábado expiró con el cumplimiento del pacto mosaico. a lo mejor de mi conocimiento los bautistas sostienen que la iniciación infantil pertenece al antiguo pacto y expiró con este. Bajo el nuevo pacto debido a  la naturaleza del nuevo pacto no puede haber iniciación infantil.

El problema oculto aquí es la naturaleza del nuevo pacto. Nos deja entonces definir términos

La descripción del nuevo pacto ocurre primero en la Escritura en

Jeremías 31:31-32. He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres EL DIA QUE TOME SU MANO PARA SACARLOS DE LA TIERRA DE EGIPTO; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. ( énfasis en mayúscula añadido).

Jeremías hace una distinción explícita entre la venida del nuevo pacto y un específico evento histórico redentivo: el pacto mosaico que Jehová hizo en el Sinaí.

El nuevo pacto es contrastado con el pacto mosaico el cual el vs 32 lo  califica como un pacto que fue roto. Hay otro contraste implícito aquí entre el pacto mosaico, el pacto Sinaí que se rompió y el nuevo pacto que no puede ser roto. Ya en Jeremías 31 ahí esta un nuevo pacto que viene y de manera implícita un antiguo pacto asociado con la constitución de la nación de Israel y Moisés.

Jeremías continúa calificando entre los  antiguos y nuevos pactos. Bajo el nuevo pacto Jehová “ Pondrá su ley dentro de ellos”, Jehová escribirá dentro de sus corazones”, “ Jehová será su Dios” y “ Ellos le serán por pueblo”  (vs 33). Bajo el nuevo pacto no será necesario que uno le diga al otro “Conoce a Jehová” porque todos le conocerá, “ Porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado” (vs 34)



Si nosotros consideramos lo naturaleza del nuevo pacto, esto no es enteramente nuevo en todo. Mucho antes de Jeremías, mucho antes de Moisés, Dios prometió ser su Dios para él y para sus hijos:

Gén 17:7. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.

La biblia repite la misma promesa bajo el pacto de Moisés:

Isaías 6:7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.

Esta promesa se repite en Jeremías antes de la promesa del nuevo pacto. Ver Jeremías 23 y

Jeremías 11:4 el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando; y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios;

Jeremías 30:22  Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios.

Este es quizás la promesa más fundamental del nuevo pacto. fue este tipo de lenguaje lo que causó que algunos escritores reformados de edad ( como Cocceius) que definiera el pacto como “ Amistad con Dios”. Claro antes de la caída esta amistad es prometida sobre la obediencia de Adán para nosotros. Después de la caída esta amistad es prometida sobre la obediencia de Cristo, el último Adán en lugar de sus elegidos ( Romanos 5; 1 corintios 15)

Así lo que es nuevo sobre el nuevo pacto, nuevo no puede significar “ nunca sucedió antes” o “ nunca antes fue prometido” o “una relación con Dios” o “ un estado espiritual” que nunca ha existido en la historia de la redención.

Jehová fue Dios de Abraham y de sus hijos por más de 500 años antes de Moisés. La promesas del pacto de Abraham que ha sido expresado en relación con la tierra y un pueblo nacional ( Ver Gén 12 y 15, hay promesas nacionales y terrenales en el capítulo 17 también) llego a la expresión de un pacto nacional temporal inaugurado en el Sinaí.



Ese pacto nacional, sin embargo, no agota las promesas del pacto de Dios. El apóstol Pablo dijo en Gálatas 3 que él, israelita, el pacto del Sinaí nacional, el pacto mosaico fue una adición temporal, un complemento a su voluntad, añadido a las promesas de Abraham. Ese pacto nacional temporal expiró con la muerte de Cristo (véase también todos los Colosenses y Hebreos).
La otra cosa que señalar es que las promesas de Jeremías 31 se echan en mosaico, tipológico, y las categorías proféticos. Necesitamos leer de la misma manera que leemos literatura profética generalmente. Los antiguos profetas del pacto estaban escribiendo al pueblo nacional del pacto de Dios. Las promesas que se veían avanzaba con sus actos de salvación y las palabras de la historia, sobre todo en la encarnación del Hijo de Dios, fueron emitidos en términos mosaicos. El fracaso de no reconocer este hechos trae detrás mucha confusión en la interpretación bíblica y la teología bíblica. Por un lado, ha hecho que muchos cristianos miren hacia adelante a un restablecimiento del antiguo pacto mosaico en la historia, después de la encarnación de Cristo, con templo y sistema de sacrificios. tal expectativa, por supuesto, es definido contrario a la enseñanza explícita del NT (Ef 2). En Cristo la pared divisoria ha sido roto. En Cristo no hay judío o gentiles (Gal 3).
El contraste entonces en Jeremías 31 no es entre Abraham y el nuevo pacto, sino entre Moisés y el nuevo pacto. La novedad o novedad del nuevo pacto se mide con respecto a Moisés, en relación con el pacto nacional hecho con Israel en el Sinaí, y no con Abraham y la promesa del pacto que Dios le dio: Voy a ser un Dios para usted y para sus hijos. Esa promesa se ​​mantiene intacta. La promesa no es Mosaico, que no es viejo, es Abrahámico.